Transcurría una noche de invierno, creo recordar. Tormenta presente. Cuatro gotas son sufientes en Aguadulce para acabar a oscuras (u obscuras para los puristas). Una pizza sacada del congelador minutos antes se encontraba en el horno. Esperé un poco con la esperanza de que este se hubiese calentado lo suficiente para comer la menor cantidad de hielo posible. Total, enciendo una vela y me dispongo a comer. Cabecita se aproxima. Cito palabras textuales (más o menos).
Cabecita- El dios que te menea Juanillo, "peazo" pizza. Está noche no te visitan las ánimas.
Yo asiento con la cabeza, cabecita mea y vuelve al salón.
Cabecita- Tio Juan, el Juanillo está a oscuras en el comedor con una vela comiéndose una pizza más grande que el, el dios que lo menea.
Tio Juan (mientras intentaba resolver un sudoku a la luz de la vela)- Sabes una cosa. Si coges la vela y te pones al lado de la tele, se ve.
A Cabecita le faltó tiempo para coger la vela e irse con todo convencimiento al lado de la tele. Cuando llega se da cuenta de la historia. Pero ya es tarde porque las risas todavía se recuerdan.
Pero que malos sois, cual es peor. Palabras de cabecita.
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