martes, 17 de abril de 2007

Primera historia de caza de Cabecita


Paso a relatar la primera historia de caza del gran cazador. Una mañana de puesto en una noche de invierno. Serón, menos de 5 grados de temperatura con seguridad. Las 6 de la mañana aproximadamente. Cabecita se dispone a meterse en su puesto como un días más. Espera, espera no sigas..¿cabecita a las 6 de la mañana?-Imposible eso no puede ser. Bueno la hora es lo de menos. El tema es el siguiente. Saca su zamarra por la tronera. Comienza el puesto. La perdiz cantando y que ven mis ojos (los ojos de cabecita). En el pequeño balate que se distinguía en su horizonte algo se movía. Movimientos suaves, de arriba hacía abajo captaban su atención y le metían de lleno en el cuerpo la emoción de un día de puesto. Cabecita, incrédulo de semejante movimiento tan estético se aferra la zamarra fuertemente al hombro. Era la oportunidad de su vida, ¡ ERA UN CISNE! Le tiro, no le tiro, muchos pensamientos pasaban por su cabeza. Cuando se disponía por fin a apretar el gatillo ve aparecer una silueta. Atónito, deja de apuntar. Aquello que se movía de forma acompasada eran unas orejas. Era la burra del Pepe, el pastor.
En ese momento, cabecita dejó escapar una gran oportunidad. El sueño, según sus palabras de matar un cisne. Y hablando de plena Sierra de los Filabres, en un sueño quedó.

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